Si querés ser un profesional de la degustación y destacarte entre tus amigos a la hora de hablar de vinos, es importante que recuerdes alguno de estos puntos:
Lo más relevante a la hora de degustar vino es tener bien afilados los sentidos. Esto supone que las sensaciones serán más profundas y que requerirá más tiempo, teniendo una reflexión consciente de lo que cada sabor, color y aroma transmiten.
Para ayudarte un poquitito, decidimos dividir las etapas para que puedas concentrarte en cada una de ellas y sea más fácil al momento de ponerlas en práctica.
Si necesitás profundizar aún más y dar el siguiente paso hacia la cata, te recomendamos leer este artículo.
Aunque parezca el menos importante de los sentidos para este tipo de actividad, será de gran ayuda al degustar un vino dado que el color nos permite entender la concentración y madurez del mismo.
¿Nuestro tip? Observar el vino en una copa de vidrio transparente, en un lugar bien iluminado y en lo posible con un fondo blanco. Una vez preparado el ambiente para la mejor degustación de tu vida, incliná la copa hasta que esté casi horizontal, y repetí el proceso. Esto permitirá analizar el color, los matices del borde, la fluidez y la anchura.
Esta etapa despierta el sentido que más información nos proveerá al degustar vino, ya que es la variable más importante del sabor además de permitir sentir el olor. Te recomendamos sentir el vino con moderación, ya que así se puede evitar el efecto anestésico del alcohol y cansar las fosas nasales. Lo ideal es dejar pasar unos minutos entre una inhalación y otra, más aún cuando se quieren degustar distintos vinos.
Llamamos “nariz” a los olores de un vino, y ésta puede diferenciar la calidad e intensidad de la bebida, teniendo en cuenta el origen, la edad y variedad. Además, al momento de la degustación, se debe distinguir entre aroma y buqué.
Podemos distinguir principalmente los gustos dulces, salados, amargos y ácidos que, junto con el aroma, formarán un sabor determinado. Pero además, es posible percibir el cuerpo del vino, la textura (que en uno de calidad debe asemejarse a la seda o el terciopelo), la efervescencia si es un espumante y la astringencia. Entre estas variables, nos daremos cuenta de la intensidad del sabor.
Como siempre, la calidad es un factor determinante. Como parte de nuestros últimos secretos para degustar vino, tenés que saber que los blancos tienden a sabores frutales y cítricos, distinguiéndose por su edad. Aquellos más jóvenes son más ácidos, en tanto que aquellos más añejos saben más dulce, mientras que los vinos tintos jóvenes tienen gusto a frutos rojos.
Además, la temperatura indicada para servir los vinos deben rondar entre los 10°C y 14°C para los blancos, y entre 15°C y 18°C para los tintos. De este modo se percibirán mejor los sabores y aromas. Por último, te recomendamos contar los segundos que permanecen estos gustos en tu boca para convertirte en un verdadero sommelier.
Si te tentaste, aprovechá este fin de semana para sacar al amante de la degustación que hay en vos y pasá por nuestra tienda virtual. ¡Conseguí los mejores packs para que comiences a degustar vinos como un experto!
