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Historia y tradiciones del vino argentino

Mundialmente Argentina es reconocida por sus grandes deportistas, por la variedad de paisajes y por el vino, ¡por supuesto! Nuestro país ocupa el quinto lugar entre los mayores productores de vino en todo el mundo y el noveno puesto como exportador a nivel mundial.

En el año 2010, el vino se conviritó en la bebida nacional de Argentina, ya que se lo considera un noble embajador de las costumbres argentinas. Pero, ¿cómo se llegó a este punto? A continuación un breve recorrido por las distintas aristas que hicieron que esta bebida sea un infaltable en la casa de los argentinos.

Un poco de historia

La historia del vino en nuestro país comienza en los inicios en la etapa colonial. Existen registros que indican que en el año 1556 un sacerdote llevó a Santiago del Estero unas estacas de vid. Tiempo después Aimé Pouget, en la provincia de Mendoza, comenzó a experimentar en su viñedo con dos cepas francesas: chardonnay y malbec. El clima, la altura sobre el nivel del mar y el agua de deshielo fueron características que ayudaron a que la producción diera como resultado excelentes cultivos.

Para fines de 1800, con la llegada del ferrocarril a Mendoza, comenzó una suerte de fiebre productora que tuvo como objetivo abastecer a la ciudad de Buenos Aires. Hubo una variedad que se destacó por sobre las otras y fue furor: el malbec.

La producción de vino argentino tuvo un crecimiento paulatino, casi silencioso, hasta convertirse en una de las industrias de consumo local más importantes. Las influencias europeas fueron aportando al paladar argentino el gusto por el vino y, poco a poco, Argentina se convirtió en el séptimo país en el mundo en consumo de vino.

Hasta 1980, las bodegas argentinas priorizaban la cantidad de litros de vino por sobre la calidad del mismo. En ese momento, se producía el “vino común de mesa” en sus versiones tinto, blanco y dulce. Esto es porque no se había percibido que los suelos eran aptos para la producción de cepas de alta calidad. Cuando se hizo ese clic, se empezaron a explorar las ventajas de los varietales premium, que permitieron que el país se posicione entre los mejores productores del mundo.

Mapa de Argentina con las regiones de cultivo de Malbec.

Un vino con soda

De esta época en la que se trabajaba más en la cantidad en lugar de la calidad proviene la tradicional costumbre argentina del vino con soda. Ya que para que el vino fuera más “digerible” era normal cortarlo con un chorro de soda. Esta costumbre se mantiene en muchas casas del país, aunque la calidad de los vinos haya aumentado considerablemente.

La tierra y sus bondades

Argentina tiene una localización geográfica muy particular comparada con otros lugares del mundo. Debido a la combinación de la altura sobre el nivel del mar y la baja humedad, los viñedos argentinos generan un ambiente idóneo para proteger a las vides de insectos y hongos, permitiendo la gestión de cultivos orgánicos con pocos o nulos pesticidas, este es uno de los motivos por los que los vinos argentinos adquirieron renombre en el exterior. En la provincia de Mendoza, la vitivinicultura es la actividad más destacada de la agricultura.

La cepa emblema

De los vinos argentinos, el gran vino es el Malbec. Argentina es el país que más superficie de Malbec tiene en el mundo, actualmente hay más de 40.000 hectáreas plantadas con este tipo de uva. 

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